Monday, December 19, 2005

Comprehensive training and education - Formation et d'éducation globale - Umfassende Schulung und Ausbildung - 全面的培训和教育 - व्यापक प्रशिक्षण और शिक्षा - Комплексная подготовка кадров и образование


¿Cómo se logra una formación integral, creativa e innovadora? [1]

Artículo publicado en ICARO, periódico institucional del Instituto Alberto Merani Vol 3 No 2 Bogotá. 2002.

Por Yezid Soler B. [2]

                             "Un buen padre vale por cien maestros" Jean Jaques Rosseau

El objetivo de este artículo es presentar brevemente algunas teorías de la inteligencia en las instituciones educativas y el papel de los hogares en la educación integral de los niños y jóvenes.

Las ciencias modernas se desarrollaron con el núcleo central del racionalismo, el cual le asigna a la razón el papel protagónico en la educación.

Sin embargo los estudios recientes de la ciencia contemporánea han demostrado que en los procesos de  educación no basta tener como eje central la razón, si no que además debe tenerse especial atención en las sensaciones y los sentimientos para una formación integral.

Hasta hace una década los analistas del tema de la educación estaban presos en el paradigma de la modernidad que asignaba a la capacidad intelectual el papel determinante de la inteligencia, descuidando los aspectos emocionales y prácticos de la misma. Después de esta etapa centrada en las competencias cognitivas, las preocupaciones de los investigadores contemporáneos sobre la educación excepcional se han ampliado para describir sus diversas formas y encontrar los instrumentos adecuados para desarrollarla en las instituciones educativas. [3]

Vigotsky avanzó entre 1925 y 1934 al plantear que el conocimiento no es un objeto que se pasa de una persona a otra, sino que es algo que se construye por medio de operaciones y habilidades cognoscitivas que se inducen en la interacción social y en esta medida el desarrollo intelectual personal no debe concebirse como independiente del medio social en el que está inmersa la persona.

Es importante destacar el interés de Joseph Renzulli en 1986 al impulsar en la institución educativa los potenciales de los niños y jóvenes sobresalientes comprendidos en la teoría de los tres anillos que abarcan la capacidad intelectual superior al promedio de los estudiantes, el nivel de compromiso en la dedicación a las tareas y los altos niveles de creatividad. [4]

Interesante también la teoría triárquica de Robert Sternberg que destaca tres formas de pensamiento: el pensamiento analítico, el pensamiento creativo y el pensamiento práctico para el desarrollo de la inteligencia exitosa, entendida como la habilidad para adaptarse, moldear y seleccionar ambientes y lograr propósitos generales [5]

Y fascinante la conceptualización de las nueve inteligencias múltiples de Howard Gardner en 1983, cuando describe la inteligencia lingüística, la inteligencia lógica, la inteligencia matemática, la inteligencia espacial, la inteligencia musical, la inteligencia cinético corporal, la inteligencia interpersonal, la inteligencia intrapersonal y la inteligencia naturalista. [6]

Renzulli, Sternberg y Gardern han enfocado el análisis desde la estructura educativa. En esta oportunidad quiero emprender un rumbo diferente planteando el énfasis en la estructura familiar. Para el efecto planteamos la pregunta: ¿Cómo se origina la inteligencia determinante de la excepcionalidad?

La respuesta a este interrogante nos lleva a múltiples opciones: ¿Serán las vidas pasadas?, ¿la herencia genética?, ¿los padres?, ¿la institución educativa?, ¿los medios de información? ¿Quiénes contribuyen a mayor o menor grado a hacerlo posible? La inteligencia en cualquiera de sus formas proviene de algo. ¿Qué es?

Inteligencia y familia

La argumentación que aquí desarrollaremos plantea detenernos en un espacio hasta hace poco estudiado en los ensayos sobre la excepcionalidad como es el de la familia, en particular el papá, la mamá o quienes desempeñan su papel.

Solo hasta finales del siglo XX, con algunas contadas excepciones, las miradas sobre la inteligencia se han vuelto hacia la familia, entendida no en su función genética, sino cultural y educativa. Sternberg señala siete estrategias para que los padres ayuden a sus hijos elevando sus fortalezas, corrigiendo sus debilidades, explorando opciones no convencionales, permitiéndoles errores, dejándolos que encuentren lo correcto, motivándolos al riesgo y exaltándolos. [7]

En el Instituto Alberto Merani cabe destacar el primer artículo publicado en la Códice No 1 que ilustra el papel de los padres en la estimulación temprana de los hijos, su acompañamiento permanente, el ejemplo y el diálogo continuo que debe existir a nivel intrafamiliar.

Es de resaltar igualmente dos investigaciones adelantadas por Miguel de Zubiría con estudiantes de grado de la Universidad Javeriana y el Colegio Mayor de Cundinamarca y una tercera de Julián de Zubiría, en donde se confirma que los niños con inteligencia superior provienen de hogares especiales. [8] Se destacan, la alta dedicación de tiempo de la madre, la comunicación y la afectividad en el trato, la estabilidad de los hogares, la valoración de los hijos, la estructura democrática de las familias y la libertad, como condiciones para que se desarrolle la inteligencia excepcional.

Quiero en esta oportunidad ampliar el análisis de los anteriores aspectos y complementarlos con otros que pueden ser de interés general para quienes deseen enriquecer el proceso de aprehendizaje de sus hijos.

Nuestra argumentación va en el sentido que la inteligencia en cualquiera de sus formas - analítica, emocional y práctica, por ejemplo- son el resultado de un proceso y dicho proceso por lo regular no se inicia en las instituciones educativas. Este proceso se inicia antes, en los hogares, que por supuesto son excepcionales.

¿Qué es lo que hace que en algunos hogares surjan talentos? Las respuestas que se pueden dar a esta pregunta son claves porque determinan la calidad de la educación y en últimas las posibilidades del progreso superior de una comunidad y una nación. ¿Cómo se crean estos potenciales? A partir del desarrollo de la inteligencia que Howard Gardner define “como la capacidad de resolver problemas o elaborar productos que sean valiosos en una o mas culturas” [9]

El papel del hogar

El desarrollo original de la excepcionalidad no es espontáneo, sino inducido. En primer lugar hay una fuerza suprema que mueve a los padres u madres excepcionales y es el amor a los hijos. Con cariño, con amor, adorándolos y demostrándoselo, no tanto con regalos sino con emociones, es como se consiguen los más altos ideales. Por supuesto que esta categoría muy poco figura en los análisis racionalistas de la excepcionalidad. Sin embargo no debemos olvidar que el racionalista Blas Pascal opinaba que"El corazón tiene razones que la razón desconoce." El amor del padre o la madre hacia el hijo o la hija, es lo que los mueve a la dedicación, al acompañamiento, a la orientación, a los estímulos, al apoyo y a la ayuda familiar.

Por el contrario, un niño que crezca en un ambiente de odio es un niño que se desarrolla bloqueado en lo emocional, lo práctico y lo analítico. No va a ser proactivo, sino reactivo. Será un niño subdesarrollado y dependiente.

El amor aunque es una condición necesaria, no es suficiente para la excepcionalidad. Y es aquí donde incorporamos algunos aspectos no explicitados en los estudios de estructura familiares de la excepcionalidad. Estos aspectos son intangibles, no materiales, pero muy poderosos. Recordemos con “El Principito” que “Lo esencial es invisible a los ojos”. [10]

En primer lugar destacamos la motivación, entendida en un sentido bien amplio. No se habla aquí solo del interés por el conocimiento. Con motivación un niño puede hacer cosas sorprendentes. Y esa motivación comienza en el vientre de la madre, mediante la estimulación temprana con sabores, colores y sonidos. Cuando el niño nace y se desarrolla, los padres excepcionales impulsan la motivación de los hijos hacia todo lo que lo rodea. Aquí cabe la diferenciación entre aprender y educar. El niño siempre está aprendiendo, así no lo estén educando. Si hay motivación él querrá aprender más.

Con un buen nivel de motivación los padres lograr despertar la curiosidad, la visualización y la imaginación. Pueden con los hijos imaginar situaciones, pensar cosas fuera de lo normal y dar rienda suelta a la creatividad. En este contexto, preguntarle a un niño que quiere ser cuando sea grande, tiene una significación muy profunda y trascendente para su futuro. Desdichadamente algunos padres y docentes se encargan de hacer todo lo contrario. Desmotivan y cortan las alas a la imaginación. Pensemos lo que pasa en una empresa, un colegio o una entidad cuando se desmotiva a la gente. Se extingue la energía vital que los mueve.

Despertando los padres la motivación, la curiosidad, la imaginación el poder de visualización, ya están preparando sus hijos para desarrollar su inteligencia en muchas direcciones. Queda abierto el camino para impulsar la creatividad, estimulando nuevas construcciones, dándole importancia a las preguntas, dejándoles expresar sus ideas, respetándolos, contestando todas sus inquietudes. Bien decía Aristóteles que “somos inteligentes mientras nos hacemos preguntas” y “la persona inteligente nace aprendiendo y muere aprendiendo”.

Los padres estimulan la creatividad, haciendo pensar a los hijos en otras cosas fuera de las cotidianas e imaginando situaciones del tipo “ponte en el lugar de”, o “mira como mira el otro” y creando espacios que estimulen el pensamiento divergente. La creatividad entendida como nuevas respuestas o soluciones a problemas, no es producto del azar, las musas o los dioses. La creatividad, al decir de Robert Weisberg, es “una senda trazada en la tierra de nadie” y “requiere mucho esfuerzo, concentración, profundización de naturaleza incremental”. [11] Y para ello la motivación familiar en los temas es determinante para optimizar las probabilidades de éxito.

La razón, el corazón y los sentidos

El camino que sigan los hijos excepcionales en la postmodernidad, ha dependido del énfasis que asignan los padres a la razón, el corazón y los sentidos, de los cuales se generarán sus capacidades y proyecciones. En la búsqueda de este equilibrio se abren varias vías:

Algunos padres desarrollan el pensamiento analítico preguntando y dialogando con sus hijos sobre las cosas que ven, hacen y sienten. O mediante contacto directo con temas de actualidad. Orientándolos en sus investigaciones. Respetando las ideas por más alocadas que sean y colaborando para enriquecerlas. Planteándoles inquietudes y haciéndolos tomar determinaciones razonables. Los académicos procurar enseñarlos a pensar, mediante prácticas dinámicas pedagógicas y fomento de la investigación

El abuelo del pequeño Charles le mostró a su nieto lo interesante que es coleccionar piedrecillas y clasificarlas por tamaños, colores y formas, lo cual sirvió para que más tarde Darwin clasificara las especies animales y formulara su famosa teoría de la evolución de las especies.

En el desarrollo emocional, hay entrega de los padres excepcionales, fomentando el sentido de pertenencia y la seguridad, preocupándose por el buen trato, infundiendo valores con el ejemplo propio, especialmente, la verdad, la solidaridad y la responsabilidad. Dejándole expresar a los hijos lo que sienten en el momento en que lo deseen, con plena autonomía y en todo contexto, e interrelacionando socialmente. Que aprendan a conocerse a sí mismos y a conocer e interrelacionar con los demás. Ayudándolos a superar las crisis y mitigar compartidamente su dolor.

El pequeño Simón quedó huérfano de padre a los tres años. Cuando niño prefería irse con los esclavos y mestizos que trabajaban en la plantación y con ellos se bañaba en el río, jugaba al trompo y se subía a los árboles. Allí también aprendió a montar a caballo y a los 8 años tenía ya fama de ser un estupendo jinete. A los nueve años quedó huérfano de madre y el maestro Simón Rodríguez se hizo cargo de su educación. Mas tarde Bolívar le escribió "Usted formó mi corazón para la libertad, para la grandeza y para lo hermoso” [12]

Los padres y tutores excepcionales, permiten la autonomía de los niños y jóvenes con grados crecientes de iniciativa y libertad. Procuran diálogos constantes y unidad de criterios, buscando un punto de equilibrio entre autoridad y libertad. En los hogares donde hay sobreprotección, los hijos se “apendejan” al estar diciéndoles todo. En los hogares autoritarios o demasiados enérgicos se convierte a los hijos en apáticos o rebeldes sin causa. Demasiada presión puede dar lugar a lo que llamaríamos el “efecto Kafka”, en el que el hijo acepta las reglas y la disciplina espartana, a cambio del odio hacia el padre. [13] Se desarrolla la imaginación, pero se pierde el cariño del hijo.


El padre o la madre excepcional desarrolla la inteligencia práctica, dándoles responsabilidades a los hijos desde muy pequeños, permitiéndoles la praxis de labores cotidianas, enseñándolos en el hogar a colaborar en todo oficio compartido, así se equivoquen al principio. Jugando y haciendo cosas prácticas en la casa. Cuando Albert tenía cinco años estaba enfermo en cama, su padre le regaló una brújula y el niño quedó impresionado porque la aguja aislada se orientaba siempre en la misma dirección. Años más tarde estudió las leyes que explican el comportamiento de la brújula y todos los demás fenómenos eléctro magnéticos, hasta llegar a innovar la física. “El juego es investigación del más alto nivel” escribió Albert Einstein.

Promoviendo una participación activa en todo, estableciendo metas claras y autonomía con límites en tiempos y espacios con exigencia de calidad. Darles todo y no exigirles nada es el peor error que puede cometer un padre o madre.

También se estimula la inteligencia práctica, comentando y analizando problemas de la vida real, familiar, barrial, de la ciudad, el país y el mundo.

Los tíos del pequeño Leonardo le enseñaron a su sobrino a contemplar en detalle las formas de la naturaleza y el vuelo de las aves, conceptos que más adelante aplicaría Da Vinci en sus obras artísticas y científicas.

Por supuesto que ningún padre o madre será tan perfecto para desarrollar todos los procesos descritos, pero también es cierto que los hijos con talento provienen de hogares con algunos de los rasgos expuestos. La familia excepcional “emite” los primeros sonidos o señales, cumpliendo un papel clave al generar las potencialidades, que luego entran al sistema educativo, económico, social y cultural de un país.

Hasta aquí no hablamos de los apoyos didácticos, que de nada valen, si no existe lo anteriormente expuesto. Puede ser un buen complemento ir a la biblioteca, comprar libros, videos, rompecabezas, juegos, C. D. o tener acceso a computador, Internet y materiales de trabajo, asistencia a conferencias, cursos, exposiciones, seminarios y centros de investigación.

Pero como se anotó antes, las cosas materiales no tienen ningún valor educativo, si no están respaldadas por las aspectos intangibles que configuran la excepcionalidad. Para alcanzar la inteligencia exitosa, los cinco primeros años de vida son determinantes. Se logra, si los padres aman profundamente a sus hijos y le brindan apoyo y autonomía permanente. Si existe una actitud familiar de motivación, curiosidad, creatividad, aprehendizaje, proyectándolos y apoyándolos en sus iniciativas. La calidad de la educación, dependerá de la calidad de vida de los hogares. Aquí, en la era de la postmodernidad, es donde juegan un papel muy importante las Escuelas de Padres, divulgando conocimientos de alta calidad.

Según los cambios en los ambientes y los diversos énfasis de padres e hijos, se desarrollarán una o varias áreas de la sobrexcitabilidad sicomotriz, sensorial, intelectual, imaginativa o emocional descritas por Kaizimierz Dabrowski. [14] Así los hogares formarán muchachos y muchachas con algunas de las siguientes inteligencias: lógica, matemática, espacial, lingüística, ambiental, musical, corporal, intrapersonal e interpersonal, según la categorización de Gardner. Con interés y entusiasmo es posible aprender no solo otro idiomas, sino muchos idiomas. Ver por ejemplo: Como aprender  treinta_idiomas

Juan Carlos Restrepo, el padrastro de James Rodríguez el mayor goleador del Mundial de Futbol 2014, inculcó desde los tres años a su hijastro los principios descritos en los casos anteriores, así: “Identificar un talento, colocar las reglas de juego claras, enseñarle que en la vida se tiene tiempo para todo, pero que si lo hacíamos con disciplina, con profesionalismo y con honestidad con nosotros mismos lo podíamos lograr.  Entonces lo que hicimos fue acogernos a un plan de trabajo estricto, a una disciplina férrea, y a un poder de convencimiento del joven”.  (Fuente: kienyke).    
Vemos entonces que lo importante para el éxito no son las cosas tangibles, sino las cosas intangibles, los valores fundamentales.  No basta con regalar a un niño un balón.  Hay que jugar con él y enseñarle a jugar limpio.  Eso requiere mucho tiempo, disciplina y dedicación, pero la recompensa será para toda la vida.
“Allí está el cómo se fundamenta el ser, en los principios morales. Lo que hicimos fue traer todos esos principios a nuestra familia, y a James lo formamos y lo educamos bajo esos principios, no ocultándole el mundo y la realidad del mundo sino diciéndole por el contrario, usted está en el mundo, pero si en el mundo tú aplicas estos principios, estos valores, estas formas, seguramente el mundo no te va a atropellar, el mundo no te va a golpear y tú vas a andar por un camino correcto”.  (Ibid).  Buena enseñanza para las Escuelas de de Fútbol, las Escuelas Padres y para todas las Instituciones Educativas.
Según el filósofo griego Platón para formar buenos ciudadanos se requieren las virtudes cardinales de la Prudencia, la Fortaleza y la Templanza. La prudencia en el ejercicio de la razón, la fortaleza en el ejercicio de las emociones y la templanza en el ejercicio de los deseos. Con la justicia se busca una justa proporción de la razón, los sentimientos y los deseos.  

La educación de los padres y madres debe orientar a sus hijos para mantener esta armonía de la razón, los sentimientos y los deseos. Así se forja la prudencia, la fortaleza y la templanza de los hijos para que con estas virtudes afronten todas las circunstancias y actúen adecuadamente en el medio que los rodea.

Los padres y educadores podemos darnos por bien servidos, en la medida en que los hijos aprehendan lo fundamental, vayan adquiriendo plena autonomía de vuelo y se remonten hacia el firmamento. De lo que sembremos, cosecharemos.



Video clic: Niña de 4 años habla 7 idiomas

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Notas:

[1] Artículo publicado en ICARO, periódico institucional del Instituto Alberto Merani Vol 3 No 2 Bogotá. 2002
[2] Economista de la Universidad Nacional de Colombia. Magíster en Teoría y política económica U.N. Miembro Titular de la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia, ÁCÁC. Director de la Corporación Iberoamericana de Multiservicios.
[3] Agradezco los comentarios de los colegas miembros de la Junta Directiva de la Asociación de Padres de Familia del Instituto Alberto Merani, para niños y jóvenes superdotados, – IAM
[4] Renzulli Joseph: (1978). What Makes Giftedness? Reexamining a Definition. Phi Delta Kappan, 60(3), 180-184, 261.

[5] Sternberg, R. J. (1985). Beyond IQ: A triarchic theory of human intelligence. New York: Cambridge University Press.

[6] Gardner Howard. "Multiple Intelligences after Twenty Years." Invited Address, American Educational Research Association, April, 2003.
[7] Revista del IAM Códice No 1, p. 32-33
[8]Ver http://www.institutomerani.edu.co/800x600.htm
[9] Ver Gardner: Gardner Howard/ - Revista Códice No 1, pag. 29 IAM
[10] Saint-Exúpery, Antoine de, El Principito (1943).
[11] Weisberg Robert, Creatividad, el genio y otros mitos, pág. 3 y 188
[12]Ver: http://www.simon-bolivar.org/bolivar/msb_07.htm
[13] Ver la Carta al padre de Kafka Franz.
[14] Lind Sharon, La sobrexcitabilidad y los excepcionales, según Dabrowski Kazimierz, Rev. Códice año 3 No 1, páginas 15-23.
Ver http://members.shaw.ca/positivedisintegration/#works

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